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La Campaña del Mascarón[]

Aizen mueve ficha: nueva invasión de los Arrancar[]

Rememorando el informe de Ulquiorra, Aizen ha demostrado un particular interés en los poderes de Orihime y comienza a maquinar cómo poder utilizarlos en su propio provecho. Después de haber transcurrido un mes entero sin existir ninguna confrontación directa entre sus fuerzas y las del Gotei 13, decide ponerse en movimiento. Ulquiorra va a visitar a Yammy en la enfermería, donde le han cosido el brazo que perdió en su lucha con Ichigo, y juntos van a la reunión que ha convocado Aizen, después de verse sobre el hombro de Yammy un 10 tatuado que lo convierte en la Décima Espada. Al entrar, se encuentran con otros Espada y Aizen en el medio de todos ellos, finalizando la conversión en Arrancar de un nuevo sujeto mediante la Hōgyoku. Aizen reconoce que la Hōgyoku no trabaja a pleno rendimiento y que no se activará por completo hasta diciembre, pero que al fusionarse con un poder espiritual dos veces superior al de un Capitán Shinigami, es capaz de liberar por un corto instante casi todo su poder. Al hacerlo, se rompe la barrera y los vendajes que mantenían encerrado al que es el más reciente Arrancar del ejército de Aizen, que se presenta titubeante como Wonderweiss Margera. Tras ello, Aizen le da permiso y plenos poderes a Ulquiorra de llevar a cabo la misión que le mencionó hace casi un mes, permitiéndole llevarse consigo a quien más le apetezca, aunque preguntándole intencionadamente a Grimmjow si él también desea ir.

En Karakura, mientras que Hitsugaya e Ikkaku se comunican en silencio y con eficiencia con sus Zanpaku-tō, tanto Matsumoto como Yumichika se desesperan por ser capaces de materializar los espíritus residentes en ellas, algo imprescindible para alcanzar el bankai, y les achacan a sus espadas sus propios defectos. La situación da un vuelco al empezar a contorsionarse y contraerse el cielo ante las alarmadas miradas de los Shinigamis, que ven cómo se forma una enorme Garganta de la que emergen cuatro Arrancar: Luppi, Grimmjow, Yammy, Wonderweiss. Yumichika se sorprende al ver con sus propios ojos que Aizen ha adelantado su ofensiva un par de meses, mas antes de que ninguno de los Shinigamis pueda meditar sobre el caso, comienza el combate. Sin hacer caso del sarcástico comentario de Luppi, que le señala como el antiguo número 6, Grimmjow abandona a sus compañeros y parte en busca de Ichigo, sin preocuparse lo más mínimo por todo lo demás. Yammy tampoco encuentra a la persona a la que desea matar entre los Shinigamis allí presentes, y aunque Luppi vuelve a hacer gala de su cruel ironía al recordarle que tiene un asunto pendiente con varias personas (Ichigo, Yoruichi y Urahara), Yammy no capta sus palabras. Sin esperar ni un solo minuto más, Hitsugaya ataca con su shikai ya liberado al propio Yammy, presentándose como el Capitán de la 10ª División. Yammy se alegra de la coincidencia, ya que el también es el número 10, y comienzan a combatir. Por su parte, Luppi se encara a la vez con Ikkaku y Yumichika, presentándose como la nueva Sexta Espada. Matsumoto va a atacar a Wonderweiss, pero al ver que éste no tiene otro interés que ver a los pájaros y perseguir insectos, se pregunta si haría bien combatiendo con alguien así.

La noticia del imprevisto ataque de los Arrancar cunde con rapidez en la Sociedad de Almas, que da la alarma a todos los efectivos, avisando de que los cuatro enemigos que han hecho su aparición en Karakura tienen el nivel espiritual propio de los Espada. Rukia y Orihime están entrenando tranquilamente en las dependencias de la 13ª División ante las plácidas miradas de Ukitake -y, durante unos minutos, también de Shūhei Hisagi- hasta que reciben el aviso del Departamento de Investigación y Desarrollo. Rukia se prepara para partir a toda prisa en auxilio de sus compañeros. Al carecer de mariposa infernal, Orihime está obligada a quedarse en la Sociedad de Almas, pero Ukitake anuncia que ha dado órdenes de fortificar el dangai y permitirle el paso a la muchacha, aunque su viaje sea más largo que el de Rukia. Y no sólo Rukia y Orihime están listas para entrar en combate con los Arrancar: Ichigo también ha percibido el peligro que corren sus amigos y forcejea con Love y Kensei para poder salir del escondite de los Visored y unirse a la batalla. Los Visored se niegan a dejarle marchar, ya que el dominio que tiene sobre su Máscara Hollow sigue siendo bastante deficiente (no llega a durar más de 11 segundos sin quebrarse), pero Hirako acaba por dejarle salir con gesto dubitativo.

4 contra 8: Tōshirō Hitsugaya, Rangiku Matsumoto, Ikkaku Madarame y Yumichika Ayasegawa VS Luppi[]

Yammy no se ve afectado por los gélidos ataques de Tōshirō Hitsugaya, quien pese a estar deslimitado comprende que su shikai es insuficiente para un adversario como es un miembro de los Espada. Su enfrentamiento, por otra parte, es bastante corto, ya que Luppi conmina a Yammy a que le "deje" también luchar con Hitsugaya y con Matsumoto, pues está aburrido de la superioridad que tiene respecto a Yumichika y a consecuencia de que Ikkaku se muestre reticente a atacar a la vez que su compañero de misión. La Sexta Espada se ha cansado de combatir con gente débil, y se dispone a liberar su Zanpaku-tō. Recordando a Shawlong y el enorme aumento de fuerza que se produjo cuando hizo lo mismo, Hitsugaya libera su bankai y se lanza a toda velocidad contra Luppi, mas llega demasiado tarde, pues en vuelto en una nube de humo y energía espiritual, el Arrancar recita el comando de activación y el nombre de su Zanpaku-tō, Trepadora. Antes de que se disperse el humo, surge un enorme tentáculo en dirección a Hitsugaya, mas éste es capaz de detenerlo sin problemas con las alas de Daiguren Hyōrinmaru. Luppi reconoce que quizás haya menospreciado la fuerza de los capitanes, mas con su habitual tono burlón se pregunta si Hitsugaya será capaz de resistir ese ataque multiplicado por ocho, y a la vez deja ver su aspecto liberado, con ocho tentáculos a su espalda. Con todos sus apéndices, Luppi ataca a Hitsugaya, quien es incapaz de bloquear los ataques y es derribado ante la consternación de sus aliados. Sin volver a preocuparse por él, Luppi se vuelve hacia Matsumoto, Ikkaku y Yumichika y comienza a luchar contra ellos.

No mucho tiempo después, se ve que Luppi ha infringido varias heridas a los Shinigamis, pero que éstos no han sido capaces de alcanzarle ni una sola vez. El Arrancar logra aprisionarlos a los tres con sus tentáculos y, cuando se dispone a perforar el cuerpo de Matsumoto, su tentáculo es inesperadamente cercenado por un ataque proveniente de Benihime, la Zanpaku-tō de Kisuke Urahara, quien ha decidido unirse a la lucha al estar Renji y Chad sin energías suficientes como para poder defender a sus amigos. Mas la interrupción de Urahara es corta, ya que al poco él mismo se ve implicado en su propio combate, y Luppi vuelve a prestar atención a su lucha, capturando una vez más a Matsumoto y volviendo a amenazarla. La Shinigami no se deja intimidar por la Sexta Espada e incluso le provoca, pero antes de que Luppi tome represalias, a su espalda aparece Hitsugaya de nuevo. El Capitán de la 10ª División explica al Arrancar que ha cometido un gran error que ha sentenciado la batalla, pues al haberse confiado al darle por muerto y haberse olvidado de él, le ha dado el tiempo suficiente para preparar un contraataque decisivo. Tras decirle a Luppi que, por más que tenga ocho tentáculos, él tiene a su disposición todo el agua de la atmósfera, Hitsugaya ejecuta la técnica Sennen Hyōrō, con la que aplasta al Arrancar con varios pilares de hielo, aparentemente derrotándolo y finalizando su enfrentamiento.

La batalla de los 11 segundos: Ichigo Kurosaki VS Grimmjow Jaegerjaquez (Ronda 2)[]

Nada más salir al aire libre, Ichigo se encuentra con Grimmjow, que está esperándole suspendido en el cielo. Deseoso de mostrarlo lo mucho que ha mejorado en el último mes, Ichigo libera su bankai, pero Grimmjow se burla de él, recordándole que en la ocasión anterior no fue capaz de rozarle siquiera con Tensa Zangetsu. A su vez, Ichigo le echa en cara a Grimmjow que gracias a una técnica de su bankai le hizo la cicatriz que aún se ve en su cuerpo, pero también le pregunta qué ha ocurrido con su brazo izquierdo. Con su habitual socarronería, Grimmjow le dice a Ichigo que se deshizo de su brazo porque no sería necesario tener dos para derrotarle, por lo que Ichigo concluye con que no se piensa contener, al mismo tiempo que piensa que tan sólo cuenta con 11 segundos para acabar con su enemigo, ya que no es capaz de mantener su Máscara Hollow por más tiempo. Con un enorme despliegue de energía espiritual negra, Ichigo se pone su máscara y da una buena sorpresa a Grimmjow, que aunque le pregunta a su enemigo qué se supone que es lo que ha utilizado, éste le responde que no tiene tiempo para explicárselo. Haciendo gala de una velocidad capaz de casi pillar desprevenido a Grimmjow, Ichigo se lanza contra él con todas sus fuerzas y un Getsuga Tenshō en el filo de Tensa Zangetsu, antes de enviárselo cuando el Arrancar se aleja de él, superado por el factor sorpresa y el inesperado aumento de poder de Ichigo.

Grimmjow recibe de lleno la técnica de Ichigo, sufriendo aparatosos daños y sangrando profusamente, mas el Shinigami sustituto no tiene tiempo que perder, y le lanza un nuevo Getsuga Tenshō que el Arrancar detiene con su Zanpaku-tō, sólo para recibir por la espalda un nuevo ataque de Ichigo y salir disparado hacia el suelo. Al ver cómo la pelea se le va de las manos, en medio de su caída Grimmjow lanza un Cero a Ichigo, mas éste logra dispersarlo con su bankai, aunque el instante que invierte en hacerlo le da tiempo a su enemigo para colocarse a su espalda. Para decepción de Grimmjow, Ichigo detiene también el mandoble sin problemas, mas justo entonces se rompe su Máscara, y el Arrancar, exultante, comprende que ya está en sus manos recuperar la ventaja perdida. De hecho, Grimmjow no tarda en hacer muestra de su nueva superioridad, asestando nuevas heridas a Ichigo y lanzándolo contra el suelo, al haber llegado a la conclusión de que el poder que había utilizado le fatiga considerablemente y no podrá volver a utilizarlo en ese combate. Aprovechándose de la situación, Grimmjow inmoviliza a Ichigo contra el suelo por medio de su Zanpaku-tō y se dispone a lanzarle un Cero a bocajarro cuando de súbito su mano es congelada. Tras de sí se encuentra Rukia Kuchiki, y por medio de su Siguiente Danza, Hakuren, congela a Grimmjow. Sin más preámbulos, Rukia va a liberar a Ichigo, pero antes de que logre retirar la Zanpaku-tō de Grimmjow éste se libera del hielo y, con un odio tangible, sujeta la cabeza de la Shinigami y carga un Cero, destinado a acabar con ella ante la desesperada mirada de Ichigo.

Refuerzos inesperados: Urahara e Hirako se unen a la lucha[]

Tras atacar a Luppi y liberar temporalmente a Matsumoto de sus tentáculos, Urahara se ve a su vez pillado por sorpresa por Wonderweiss Margela, quien se lanza hacia él con la intención de cogerle el sombrero. El tendero le evita in extremis, percibiendo que su forma de ser es un tanto especial mas al atacarle, Wonderweiss le responde con un ataque que nunca antes había visto y que casi llega a encajar. Preguntándole qué técnica es la que ha empleado, Urahara es golpeado por la espalda por un exultante Yammy, quien aprovecha su ventaja para lanzarle en repetidas ocasiones la misma técnica, diciéndole que su nombre es Bala, y aunque es más débil que un Cero, es del orden de 20 veces más rápida. Wonderweiss pierde todo el interés en la lucha y vuelve a mirar a los pájaros e insectos que vuelan cerca de él, pero Yammy mantiene su ofensiva hasta que Luppi es derrotado. Entonces, Urahara aparece indemne detrás de Yammy, comentando con burla que Aizen se va a enfadar mucho. El hecho de ver ante sí a Urahara, como si nada, pilla desprevenido a la Décima Espada, que vuelve a lanzarle sucesivas Bala hasta que, de nuevo, el ex Capitán de la 12ª División se pone a sus espaldas y le dice que esa técnica no volverá a alcanzarle, tras lo cual descarga sobre él un golpe con Benihime. Urahara afirma que ya ha analizado el patrón de movimientos de Yammy y la descomposición energética de la Bala, así que está preparado para anular ese ataque, e incluso contrarrestarlo. Además, le explica que por medio de un novedoso gigai portátil, sus ataques no han llegado a alcanzarle, y que ahora pueden dar el punto y final a su combate, algo que enfurece bastante al Arrancar.

Por su parte, Rukia es salvada en el último momento por una insospechada ayuda: Shinji Hirako. Sin dejar de manifestar su disgusto por tener que entrometerse en los asuntos de los Shinigamis, Hirako se encara con Grimmjow, quien le pregunta quién es, al suponer que es un amigo de Ichigo. El Visored se niega a responderle, afirmando que su identidad no es importante, ante lo cual Grimmjow se lanza hacia él, provocando numerosos destrozos cuando Hirako esquiva, invariablemente, sus arremetidas. Considerando que el Arrancar es demasiado impulsivo, Hirako toma la iniciativa en el combate al ponerse su Máscara Hollow y lanzar un poderoso Cero a un Grimmjow atónito, que logra minimizar los daños sufridos dirigiendo su propio Cero contra el de Hirako. Gravemente herido, tanto en su cuerpo como en su orgullo, Grimmjow se dispone a liberar con rabia su propia Zanpaku-tō, cuando es de repente interrumpido por Ulquiorra, quien aparece tras él al poco de pronunciar el comando de activación de su arma. Ulquiorra le dice a Grimmjow que la misión ha sido cumplida, y que ahora deben marcharse al Hueco Mundo, cosa que hacen al formarse una Negación a su alrededor. No muy lejos, la pelea entre Yammy y Urahara se ve interrumpida, al verse rodeado la Décima Espada por una Negación, de la misma forma que ocurre con Wonderweiss y con Luppi, quien es liberado de su prisión de hielo. Antes de marcharse, Luppi amenaza a Hitsugaya con matarle la próxima vez que le vea, mientras que Ulquiorra se percata de que se ha operado un cambio en los poderes de Ichigo, aunque no le concede importancia, pues la guerra ya está decidida a favor de Aizen.

Adiós, días dorados[]

Trágica despedida: Orihime se marcha al Hueco Mundo[]

La misión que encomendó Aizen a Ulquiorra no era, ni mucho menos, dirigir un ataque de los Arrancar a los Shinigamis destacados en el mundo de los vivos, sino más bien emplearlos como señuelo para que cundiese la alarma en Karakura y el Seireitei, así como preparar una trampa a la pieza fundamental de todo aquel entramado: Orihime Inoue. Antes de que Ulquiorra detenga a Grimmjow y ordene el regreso al Hueco Mundo, accede por una Garganta al dangai y se encuentra con Orihime, que está siendo escoltada a toda prisa a Karakura por dos Shinigamis rasos. Al reconocerle como un Arrancar, la escolta de Orihime se dispone a atacar a Ulquiorra, pese a que la muchacha les pide que le dejen hablar antes. Como resultado, Ulquiorra hiere con sus Bala de gravedad a los Shinigamis, no mostrando reparo alguno en expresar su sorpresa al ver que Orihime es capaz de curar heridas tan graves como las que ha infligido, mortales de necesidad. Sin darle opción a quejarse ni hacer otra cosa que no sea más que someterse a su mandato, Ulquiorra obliga a Orihime a acompañarle al Hueco Mundo, ya que sus poderes han sido objeto de interés de Aizen, y amenaza con matar a sus amigos (que en ese momento están combatiendo contra los Arrancar en Karakura) si se opone. En una situación crítica como aquélla, Orihime no tiene más remedio que acatar sus órdenes, aceptando una pulsera especial de manos de Ulquiorra, con la podrá atravesar cualquier objeto material y que impedirá que sea detectada por cualquier persona que no sea un Arrancar. El inflexible Ulquiorra le concede a Orihime un margen de doce horas en las que puede poner en orden sus asuntos en Karakura y despedirse de una sola persona, antes de partir con él al Hueco Mundo.

Aquella persona a la que Orihime ha decidido visitar antes de despedirse, aun sabiendo que no la podrá ver a causa de las condiciones impuestas por Ulquiorra no es otra que Ichigo, que descansa por fin en su cuarto, después de que Hachi haya curado lo poco que ha podido sus heridas y Rukia haya velado su sueño hasta la llegada de Karin y de Yuzu, anhelantes por ver a su hermano tras un mes sin tener noticias suyas. Entrando a través de las paredes, Orihime comenta en voz alta que tenía muchas personas de las que podía despedirse, como Tatsuki, Chad, Ishida o Rukia, pero un sonrojo suyo le impide continuar hablando de los motivos que le han llevado a ese lugar. Silenciosamente, Orihime se inclina sobre Ichigo dispuesta a besarle, pero en el último momento se detiene con lágrimas en los ojos, echándose en cara que no estaría bien que eso fuese lo último que hiciera. En un memorable y enternecedor discursos, Orihime le habla a Ichigo de lo que le hubiera gustado ser en el futuro y de que, aunque hubiese tenido 5 vidas totalmente diferentes, en todas ellas se habría enamorado de la misma persona. Después de ello, Orihime dice adiós a Ichigo y se dispone a marcharse en silencio.

Los Ryoka se vuelven a reunir: comienza el rescate de Orihime[]

Al día siguiente, cuando Ichigo se despierta, apenas tiene tiempo de sorprenderse de ver sus heridas curadas, ya que aparece en su ventana Tōshirō Hitsugaya, quien reconoce restos del poder espiritual de Orihime en aquel lugar y le pide a Ichigo que le acompañe urgentemente. En casa de su amiga, los otros Shinigamis destacados en el mundo de los vivos están aguardando su llegada para comunicarse con la Sociedad de Almas, apareciendo al otro lado de la pantalla el Capitán Ukitake con gesto severo. El líder de la 13ª División les revela que, según el testimonio de los dos escoltas enviados con Orihime al dangai, la joven fue capturada o asesinada por los Arrancar, algo que alarma enormemente sobre todo a Ichigo y a Rukia. No obstante, el Shinigami sustituto interviene enfurecido diciendo que Orihime no puede estar muerta, ya que sólo ella podría haber sido capaz de sanar la grave herida que le había infrigido Grimmjow en el brazo, un comentario que hace intervenir al mismísimo Comandante General Yamamoto. Éste llega a la conclusión de que, si Orihime está viva y ha tenido el tiempo suficiente como para ir a curar a Ichigo después de haber sido interceptada por los Arrancar, no puede significar otra cosa que les ha traicionado, y se marchó al Hueco Mundo por su propia voluntad. Ichigo está dispuesto a discutir con Yamamoto y defender a Orihime, mas es detenido por Renji, quien opta por una vía más política al solicitar ir al Hueco Mundo y traer de regreso a la joven. El Capitán de la 1ª División se opone totalmente a una medida así, pues la actual misión del Gotei 13 es proteger la Sociedad de Almas y no deben malgastar efectivos. Rukia avisa que ella no puede obedecer una orden así, algo que por otra parte se esperaba Yamamoto, ya que hace ir a los Capitanes Kuchiki y Zaraki a traer, aunque sea a la fuerza, a todos los Shinigamis del grupo de Hitsugaya. Ichigo se decide a salvar a Orihime aunque sea él solo, y pide ayuda a Yamamoto para decirle cómo llegar hasta el Hueco Mundo, pero de nuevo éste se niega a tal idea, al considerar que Ichigo es un guerrero de gran importancia para la guerra que se avecina y debe esperar hasta nueva orden.

Con Rukia y Renji fuera de escena -muy a su pesar-, Ichigo regresa a las clases recibiendo una buena reprimenda de su maestra y con gran alegría por parte de Keigo y de Mizuiro. Este último le da las entradas para el estreno de la película Bad Shield 2, algo que ya habían hablado con anterioridad, e Ichigo con gesto pensativo las acepta tras comentar que para esa fecha ya estará de vuelta en casa. Ichigo se marcha sin más, dejando tras de sí algo extrañados a sus amigos, pero es llamado por Tatsuki, que parece estar al límite de sus fuerzas. Su amiga le dice que no es capaz de encontrar a Orihime por ninguna parte, y como Ichigo parece quitarle importancia al tema, Tatsuki se enfurece, le arrincona y le sujeta el jersey, gritándole y diciéndole que antes era capaz de sentir la presencia de Orihime pero que desde ayer parecía como si se hubiera desvanecido totalmente. Como Ichigo sigue sin soltar prenda, Tatsuki acaba revelándole que le ha visto vestido de Shinigami y que sabe que han pasado muchas cosas extrañas en los últimos tiempos, tras lo que le ruega que le diga qué es lo que está ocurriendo. Ichigo endurece la mirada y le responde que todo aquello no es asunto suyo, ante lo cual Tatsuki le asesta un potente puñetazo en el rostro y necesita ser sujetada por Keigo, mientras Mizuiro se preocupa por el estado de Ichigo. Éste se levanta sin más, y sin hacer caso de las duras y entristecidas palabras de una Tatsuki que está fuera de sí, se marcha y les pide a sus amigos que no se involucren en todo aquello. Esa misma noche, Ichigo va a visitar a Urahara, quien ya le está esperando y le dice que los preparativos para su viaje al Hueco Mundo están listos. Mientras bajan a la sala subterránea, Urahara le revela a Ichigo que sospechaba que Aizen acabaría interesándose por los poderes de Orihime, y por ello trató de apartarla de la línea de batalla, aunque fue demasiado tarde.

Ichigo es recibido por Ishida y Chad, que se encuentran preparados para ir con él al Hueco Mundo. Ichigo trata de oponerse, diciendo a sus amigos que al nivel al que están actualmente sus poderes no sería una buena idea, mas al ver los ropajes Quincy de Ishida y la nueva forma del brazo derecho acorazado de Chad, acaba por mantenerse callado. Chad le pide que confíe en ellos y que no cargue él solo con todo, pues por algo son amigos. Considerando que los tres ya están preparados, Urahara recita un encantamiento que le permite abrir una Garganta y les advierte de los peligros que pueden encontrarse por el camino hasta que lleguen al Hueco Mundo. Ichigo le pide a Urahara que se las apañe para decirle a su familia que no se preocupen por su nueva ausencia, mas se niega a que él hable con sus amigos, asegurando que cuando regrese ya se encargará él de pedirles disculpas. A continuación, Ichigo, Chad e Ishida entran en la Garganta, y Urahara les dice a Tatsuki, Keigo y Mizuiro que ya pueden salir, pues había detectado su presencia desde que Ichigo llegó a la tienda, aunque ni el propio Shinigami sustituto se diese cuenta de que estaba siendo espiado. Urahara esboza una media sonrisa al ver las miradas preocupadas de los amigos de Ichigo, y después dice que ya es hora de que él también haga su propio trabajo.

En esos mismos instantes, en el palacio de Las Noches, Aizen recibe desde su trono a Orihime, que ha llegado junto con Ulquiorra, Luppi, Grimmjow, Yammy y Wonderweiss. Sin poder negarse a la petición de Aizen de que le muestre la naturaleza de sus poderes, Orihime accede a restaurar el brazo perdido de Grimmjow. Luppi, que ya estaba de por sí disgustado por saber que no había sido más que un simple señuelo, se burla ante la idea de que Orihime pueda regenerar el brazo de su antecesor en el cargo de Sexta Espada, mas el Sōten Kisshun puede hacerlo con notable rapidez, dejando atónitos a los Arrancar allí presentes. Como Luppi se niega a creer lo que ha visto con sus propios ojos, Aizen le explica que el poder de Orihime no es una restauración temporal o espacial, como en un principio creyó Ulquiorra, sino más bien el "Rechazo de los Eventos", algo muy superior a una simple restauración y que le permite ir más allá de los designios divinos. Según sus propias palabras, es el poder para "infiltrarse en los dominios de Dios". Grimmjow le pide a Orihime que le cure también la zona del costado que antes mostraba un tatuaje con el número 6, algo que no deja de alarmar a la actual Sexta Espada, Luppi. Sin embargo, antes de que pueda hacer nada, Grimmjow atraviesa con su mano el pecho de Luppi y destruye la parte superior de su cuerpo con un Cero, refiriéndose a su objetivo con las mismas irónicas palabras de "antiguo número 6" con las que él le dirigió la palabra a su llegada a Karakura. Con una temerosa mirada de Orihime y el silencio del resto de los presentes, Grimmjow grita a los cuatro vientos que es de nuevo la Sexta Espada y estalla en salvajes carcajadas, al haber recuperado la totalidad de sus poderes.

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